Al término
del bosque, o más bien, bordeándolo, una enorme granja con caballeriza. Una
amazona cabalga delante de nosotros. Cabalga sobre la hierba del prado para
aliviar el trote del caballo. La cadencia del trote que hace saltar a la
amazona sobre la silla imprime elegancia a la cabalgata. Una vaca allá lejos, absorbida
por la buena hierba que rumia, ni cuenta se da que la observamos. Y de repente,
una borne señalando que estamos en el camino original, la calzada romana. Buena
nueva al final de la mañana! ©VCAweg2012
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