Como el resto de las rutas turísticas, la Claudia Augusta
aparecía en los carteles indicativos de Donauwörth, sin embargo, unas veces por
exceso, otras por defecto, las indicaciones crean dudas respecto al buen camino
a seguir. Evitando el camino equivocado no vacilamos en preguntar, pero la
gentileza de aquellos a quienes interpelamos no bastaba, ¿Claudia Augusta?, una
ligera sorpresa que a veces terminaba en otra interrogación ¿Romantische
Strasse? ¿Danubia?, Pero nooooooooo!, lo que buscamos es el meilenstein, por
favor! Y dando tumbos, o mejor, rodando, nos internamos en una promenade al
interior de una franja de parque, y no quedó otra salida que volver atrás y de
nuevo preguntar en un cruce urbano esencial en nuestra búsqueda. Seguimos las
indicaciones de un pasante y comprobamos que su “por allá” con el brazo
extendido hacia un punto cardinal impreciso era el sentido correcto a seguir.
En las afueras de Donauwörth, en un paraje sombreado, por un sendero poco
transitado, sola en alma, se levantaba la borne romana, cual signo fetiche de
nuestra vuelta ciclística. Al fin la encontramos, dijimos casi al unísono, y
respiramos tranquilos. Era el momento de comenzar la verdadera aventura... ©VCAweg2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario