Die faire
Milch. Y la abanderada vaca alemana me hizo pensar en un café con leche y
tostadas con mantequilla, y allí mismo, entre las patas del animal. Estábamos
entrando en Leeder. Serían las ocho de la mañana porque las campanas de la
iglesia llamando a misa tocaban a repique. Bonito pueblo, tranquilo, pero menos
solitario que los acabados de atravesar desde nuestra salida de Landsberg. En
la Hauptstraße descubrimos un comercio
abierto, y las vendedoras, dos trigueñas de hermosos ojos turcos, nos
recibieron como los dos primeros clientes de la mañana. Acababan de abrir el
negocio, mezcla de panadería, dulcería y alimentación general. Qué suerte!
Dejamos afuera pastando en la acera, la Gazelle y cuidando de ella a la Gitane.
Nos acodamos en una mesa alta y desayunamos de lo lindo y compramos chucherías
para el camino en caso de que…, y bien, con la barriga llena y el corazón
contento, pedaleamos suavemente, disfrutando de Leeder, que ya comenzaba a
animarse, con el visto bueno y la mirada bronceada del león de Baviera echado
en la base de un pequeño obelisco erigido a los caídos del pueblo. ©VCAweg2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario