De un sendero sombreado pasamos a un camino que poco a
poco se convierte en calle donde se levantan mansiones que reflejan épocas
pasadas. Sobre una pared una tarja recuerda la triste guerra del 1914 al 18. Al
terminar la calle, se unen parque, bosque y conjunto urbano. La gazelle del
lugarteniente hace un ruido extraño y comienza a impacientar al joven beirutí.
Una novia se hace fotografiar y sonríe cuando pasamos. Le deseamos feliz
casamiento y le pedimos que nos permita hacerle una instantánea. Siempre hay
bodas por el camino. E imprevistos con las bicicletas. Revisamos la guía y nos
aseguramos que hay un taller de reparaciones no lejos de donde estamos.
Interpelamos a los vecinos para llegar lo más rápido posible. Es sábado de
mañana, y nunca se sabe si los talleres están abiertos. Para no perdernos en el
vericueto de calles de Haunstetten, reparamos la iglesia parroquial St-Georges
como referencia. El taller de reparaciones es también tienda especializada en
equipamiento de todo lo que es dos ruedas. Allí encontramos una superbe
saccoche delantera para mi Gitane. Buscamos la torre campanario de la iglesia,
la contorneamos y seguimos pedaleando siempre buscando el sur, intentando salir
de la aglomeración urbana que es Augsburg. ©VCAweg2012
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