La tercera etapa en el
pedaleo siguiendo la calzada romana Claudia-Augusta tiene un final citadino.
Antigua ciudad imperial, Füssen aparece a pocos minutos de haber dejado el
lago. La ciudad nos vio pasar cuando pedaleamos entre Bodensee y Königssee:
Justo una travesía, pero no
una etapa:
La ciudad es hermosa. Llegamos
al final de la tarde, cuando el sol dilata los colores pasteles de las fachadas
de los edificios. La primera cosa a hacer llegando, buscar refugio para pasar la
noche. Füssen, aunque corría septiembre, no se vaciaba de turistas, y es que la
antigua Foetibus además de tener el privilegio de estar bañada por el Lech, y a
orillas del lago Forggen, la atraviesa la ruta Romántica y evidentemente, está
situada en el eje de la Vía Claudia Augusta, al sur de Augsburg. Hoteles completos, o
demasiado caros para una simple etapa de descanso y avituallamiento. Luego de
un recorrido por el centro, y algo decepcionados por no encontrar alojo,
volvimos a la carga y en un recodo, apenas a cien metros de la calle comercial
principal, descubrimos un Gasthof. Elie se encargó de la gestión mientras
yo me entendía con las dos bicicletas. Tuvimos suerte a esa hora de la
tarde. El Gasthof Krone tenía habitación y hasta sitio para las bicicletas.
Mentalmente el reposo comenzaba después de una jornada de casi ochenta
kilómetros. Pasearse por el casco viejo de la ciudad equivale a
viajar atrás en el tiempo. Los frontones medievales de sus edificios, los
típicos carteles comerciales, las vírgenes en sus urnas y las contraventanas,
llaman poderosamente la atención. Las imágenes de la ciudad cuyo blasón evoca
su posición a los pies del monte Tegel, de 1870 m de altura, les dará una idea
de Füssen y hasta empujará a muchos a llegar a ella. ©VCAweg2012