viernes, 7 de septiembre de 2012

Mertingen & Druisheim

Pasado ese momento de búsqueda y encuentro, tomadas las fotos necesarias (por aquello de que no duden [como un tal Mauricio] de nuestro punto de partida) y habiendo sentido la fuerza que nos empujaba a pedalear, pusimos proa a la conquista del Altino. Cruzamos el mítico Danubio y más adelante, otro curso de agua, el Zusam. Poco después de las cuatro de la tarde, apareció Mertingen en el camino, un burgo apacible de apenas cuatro mil almas. Seguido de Mertingen, que es la cabecera del municipio del mismo nombre, atravesamos otro pueblito, y en el cual puede encontrarse una borne romana: Druisheim. No apareció el meilenstein, pero descubrimos la quietud del Schmutter corriendo en la misma dirección que nosotros. En las afueras de Druisheim, una propiedad enorme semejando un castillo bávaro, que se anunciaba como Gut Schwaighof, no era otra cosa que un parque floral y un acaballadero, y más allá, detrás del dominio boscoso, una iglesia de la cual solo sus torres emergían entre el verde y el cielo despejado de nubes. ©VCAweg2012

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