domingo, 9 de septiembre de 2012

Leeder

Die faire Milch. Y la abanderada vaca alemana me hizo pensar en un café con leche y tostadas con mantequilla, y allí mismo, entre las patas del animal. Estábamos entrando en Leeder. Serían las ocho de la mañana porque las campanas de la iglesia llamando a misa tocaban a repique. Bonito pueblo, tranquilo, pero menos solitario que los acabados de atravesar desde nuestra salida de Landsberg. En la Hauptstraße descubrimos un comercio abierto, y las vendedoras, dos trigueñas de hermosos ojos turcos, nos recibieron como los dos primeros clientes de la mañana. Acababan de abrir el negocio, mezcla de panadería, dulcería y alimentación general. Qué suerte! Dejamos afuera pastando en la acera, la Gazelle y cuidando de ella a la Gitane. Nos acodamos en una mesa alta y desayunamos de lo lindo y compramos chucherías para el camino en caso de que…, y bien, con la barriga llena y el corazón contento, pedaleamos suavemente, disfrutando de Leeder, que ya comenzaba a animarse, con el visto bueno y la mirada bronceada del león de Baviera echado en la base de un pequeño obelisco erigido a los caídos del pueblo. ©VCAweg2012

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